Redacción EntreMes/


“Estamos en una circunstancia sin precedentes, así que nos toca escuchar a la ciencia, usar el sentido común, pero sobre todo cuidar el corazón de nuestros niños y niñas”, destacó Anna Andreatta, de Educación Especial y Neurodesarrollo, durante el foro virtual, enfocado en la reapertura de los Caipis.
La especialista, expuso los cuidados que se debe tener en el área emocional social de los niños y niñas, un tema primordial que incrementa las experiencias multisensoriales. En ese sentido indicó que los padres y maestros deben utilizar un lenguaje sencillo y comprensible, para trasmitir las nuevas disposiciones que deben acatar los pequeños cuando no están en casa.
Los Centros de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI), son espacios de estimulación temprana, que no debe ser descuidados. Sin embargo, en los tiempos que vivimos podrían convertirse con los nuevos protocolos sanitarios; generadores de cuadros de ansiedad que puedan presentar los niños, al enfrentarse a reglas de distanciamiento con sus compañeros de clases y padres de familia.
La edad comprendida entre los 0 y 6 años es extremadamente vulnerable y sensible a los cambios, además de ser una etapa fundamental para el desarrollo emocional y educativo; pero la pandemia ha restringido el espacio de recreación de los niños y los CAIPIS no escapan de esta realidad.
Pero, ¿estos podrían convertirse en un riesgo para la burbuja familiar?
Carlos Castillo, pediatra en Panamá Oeste, explicó que todas las directrices están en el tapete de los médicos pediatras, ya que para manipular a esta población infantil, recomendaría que los tutores deberían esperar recibir sus vacunas y las autoridades de salud tengan bien definido que es la “Burbuja Familiar”, pues retornar a estos espacios de manera presencial, representaría movilizar de un lado a otro, personas adultas que estarían en riesgo de contagios.
Otro punto que resaltó, es que los niños deben tener claro que no deben recibir abrazos, besos, caricias de ninguna persona que no represente su burbuja una vez estén estos sitios. Según estudios la sintomatología en los niños es bastante leve, podría decirse que solo 1% puede representar riesgo en estas edades, si los padres cumplen con las vacunas (papera, rubiola o polio ), se ha demostrado que ayudan a cubrirlos de un covid-19 severo, destacó el especialista.
“El comportamiento de esta pandemia es que el joven transporta el virus, entonces; si un niño dentro del Caipi, presenta vómitos, dolor de barriga, diarreas, cuando llegue a su hogar se encuentra con la abuelita, el abuelo u otra persona de alto riesgo, el trabajo queda en lo mismo que se ha venido diciendo desde el inicio”.
Más que un tema de apoyo sicomotor, puede representar un riesgo para la persona a cargo del binestar del infante, ya sea los tutores y demás individuos que deben manipularlos. Por eso es importante que los padres definan primero el tiempo que debe estar el niño en estos lugares esto representaría el uso obligatorio de mascarilla por más de 4 horas si es mayor de dos años, qué métodos utilizarr diariamente que permitan hacerlos sentir cómodos al regreso a clases y cómo ayudarlo a no faltar las medidas de bioseguridad si no están los padres presentes, adicional deberán estar anuentes a los cambios bruscos de salud que siempre van a estar presentes. Es un trabajo muy atenuante para los padres que laboran lo que podria acarrear también más estrés en el hogar, Acotó castillo.


A pesar que dentro del proceso de reapertura, No será de carácter obligatorio, los padres deben estar conscientes lo que podría representar salir de casas a otro lugar donde se rompe la burbuja familiar por una “burbuja social”
La dra. Yamileth Rivera coordinadora del programa de niñez y adolescencia del Ministerio de salud, manifestó que es es necesario llegar a este punto, para continuar una vida normal
El regreso de los niños de manera presencial es que muchos padres han vuelto a trabajar, pero toda moneda tiene dos caras; cada familia debe poner de su parte, existe una responsabilidad mayor en verificar que el niños no presente síntomas o tenga cuadros respiratorios.
“Esto no se trata de un simple resfriado, esto podría costarnos la vida”, dijo.
Dentro de las disposiciones que el MIDES sugiere para cumplir con los protocolos de bioseguridad para la educación presencial es No llevar al niño a la escuela con fiebre, en este caso se propone un compromiso o acuerdo firmado por los padres de que el niño no irá a la escuela si tiene > 37,5ºC, fiebre, tos, diarrea u otras manifestaciones que sugieran enfermedad.
En cuanto al personal que trabaja en la escuela debe seguirse el mismo protocolo de vigilancia de temperatura, síntomas y aislamiento si ha tenido contacto con personas sospechosas por coronavirus, además de asegurar el uso de mascarillas y todas las medidas de prevención rigurosas entre el personal educativo. Otro aspecto clave es maximizar el tiempo al aire libre, dado que la transmisión del virus es claramente más frecuente en ambientes interiores o cerrados, y relativamente infrecuente en el exterior.
Respecto a la hora de las meriendas, el documento señala que lo ideal sería que cada grupo pudiera comer en la propia aula, minimizando así el contacto con otros niños y el de compartir superficies o material de comedor. En los centros en los que sea jornada continua se podría recomendar que, en la medida de lo posible, coman en sus domicilios, al igual que en guarderías.
En Panamá operan 98 CAIPI que les brindan estimulación temprana a 2,218 niños y niñas.