Se trata de un problema que ya existía, pero que se ha exponenciado con la emergencia sanitaria.
Redacción EntreMes / publicidadentremes@gmail.com


La pandemia del coronavirus ha provocado un importante aumento de la producción de mascarillas desechables y con ello su mala disposición. De acuerdo a las cifras de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo no engañan y prevén que las ventas mundiales de cubrebocas ascendieron a unos 166.000 millones de dólares en el 2020, comparado con el 2019, que registró unos 800 millones de dólares.
El repentino auge del uso cotidiano de estos productos de uso obligatorio para enfrentar la crisis sanitaria está empeorando mucho las cosas, así lo advierten los ambientalistas.
Nuestras playas y mares cercanos ya están sufriendo las consecuencias de la irresponsabilidad humana ante los residuos que trajo consigo la Covid.
La contaminación por plásticos ya era una de las más grandes amenazas a nuestro planeta antes del coronavirus y el rápido aumento en el uso diario de mascarillas, paquetes de domicilio, guantes, envases de comida, desechos médicos, botellas de gel hidroalcohólico ha llegado a colapsar la educación ambiental que ya se había creado.


Según datos de la ONU, más del 70% de este material terminará convertido en desechos que saturarán los vertederos y, lo que es peor, mares y océanos, lo que implica una grave amenaza para los ecosistemas.
En el Día Mundial de los Océanos, más que una fecha para celebrar, debería servir para “reflexionar y reconocer el grado de degradación del medioambiente en este 2021”. La solución a este serio problema no es fácil, “estamos hablando de unos materiales de uso imprescindible por cuestiones de salud pública” destacó Rodrigo Ureña, coordinador de Cambio Verde Panamá Oeste.
Este material representa una amenaza añadida a la Tierra y a sus ecosistemas. “La cantidad de mascarillas que están llegando a nuestros océanos es abrumadora y supone una amenaza para peces, aves, tortugas, entre otros animales que se están viendo afectados al enredarse con las tiras; acto que evidencia lo muy alejados que están algunos de la nueva realidad que toca vivir, explicó Ureña.
Cada mes aparecen más residuo en nuestras playas que advierte de que estos desechos vinculados a la actual crisis sanitaria suponen un peligroso repunte de la mala costumbre del “usar y tirar”, por eso es necesario que al desechar específicamente este material, el individuo se asegure de cortar las tiras y colocarlas en un contenedor de basura o bolsa plástica bien sellada hasta su disposición final, recalcó.
Por su parte, Cándida Jackson, de la sección de Costa y Mares de Mi Ambiente Regional de Panamá Oeste, explicó que las mascarillas desechables representan en el mar el mismo nivel de peligro que un plático común, ya que incluyen polipropileno en su composición que al desintegrarse crean los llamados microplásticos que afectan toda la fauna marina y hasta el ser humano.
Exhortó a la población hacer un cambio de actitud hacia los temas ambientales y se conviertan en agentes activos para fomentar la cooperación en conservar los mares limpios y libres de contaminación, y así contribuir con la lucha por la recuperación de los océanos, como lo dispone la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en su Objetivo 14; que señala la necesidad de utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”.
A través de impactantes imágenes tomadas en las costas de Puerto CAIMITO en La Chorrera, zona llena de fuentes de agua que desembocan al Mar , evidencian el incremento del consumo de plásticos de un solo uso, ya sea mediante elementos de protección personal u otros derivados por elementos de necesidades básicas.
imágenes de cortesía por Mi Ambiente (limpieza de playas en Panamá Oeste).
Desechos de plásticos acumulados en costas de Puerto Caimito.